jueves, 3 de marzo de 2011

A DONDE TE ESCRIBO PASAJERO SIN NOMBRE?


No sé a dónde escribirte pasajero sin nombre si a una galaxia o a tierras subterráneas, aquí he empezado un nuevo día, como de costumbre me he levantado al sentir los rayos del sol invadiendo cada uno de mis poros, me he dado vuelta en mi cama que es demasiado grande para mi, y he tomado aire para levantarme, mis pies descalzos han tocado la loseta de barro que tiene un color rojo quemado y me hace sentir de nuevo en la tierra es como si me rodeara toda o me quemara toda, me pongo de pie y camino, al mismo tiempo voy desnudando mi cuerpo para sentir el chorro de agua caliente que es  lo único que tengo en la cabeza, pero antes camino sobre el piso que esta frio, se me mete por los talones hasta las rotulas de las rodillas pasa por mis caderas y se instala en mi pecho, después sigue hasta mi garganta y me sale por la boca en forma de vapor, un vapor que me envuelve en una nube blanca, con los ojos abiertos pero no despiertos prendo el agua, el maneral ya lo tiene bien ubicado mi mente, ni siquiera lo volteo a ver para abrirlo, siento el agua, cada gota caer como en cámara lenta, primero mis cabellos después mis hombros, mi pecho, mi vientre mis piernas, hasta llegar hasta mis pies y los dedos de mis pies y a cada uno de mis huecos, me purifico, me esterilizo, todo se va por la coladera, y yo estoy como dormida en un sueño, así que ya ves, tal vez en tu planeta o en tierras profundas no encuentres el caos que encuentras en mi mundo, ni guerras por cuestiones religiosas o de poder, pero es que ese lo quieren todos, yo solo quiero que el sol no se esconda, y que el frio que se me cuela de punta a punta pueda ser mío para siempre, y el agua caliente sea inquilina de mi cuerpo cada mañana, por eso te dejo la puerta abierta de  mi mundo, que es tan mío como tuyo si quieres, y cuando no lo entiendas cierra la puerta y abre otra que tal vez sea más clara o más confusa, aquí así se vive, por eso llevo en el cuello una llave universal que abre cualquier puerta, tú debes encontrar la tuya, tengo una copia de la mía por si la quieres, y aceptas el reto de salir y explorar un poco, otros colores y emociones, hoy ya no recuerdo cuantas puertas he abierto y cerrado, pero sí recuerdo el viaje completo, y ha sido perfecto, me he quedado encerrada, a veces he perdido mi llave, he dejado la puerta abierta, pero todo lo llevo guardado en la mente y en el alma, aun no sé cuantas cerraduras me queden por abrir y cerrar, pero estoy segura que cada una será el principio de mi espera y que la única llave soy yo y no tiene duplicados.